lunes, 9 de abril de 2012

Mes Chères Études (Mis queridos estudios)

El próximo jueves 12 de abril en la salita del Cinecelarg3, en el sótano de la Fundación Celarg, en la avenida Luis Roche de Altamira, será exhibida esta conmovedora película que les invito a ver. (Lleguen temprano)

Lean este artículo y quizás queden motivados a acompañarme:

Patricio Miguel Trujillo

Mes Chères Études (Por mis Estudios – Student Services), 2010. Francia. Drama. 107 mintuso.

Con: Déborah François, Alain Cauchi, Mathieu Demy, Benjamin Siksou.
Dirección: Emmanuelle Bercot.

El cine y la televisión están saturadas de historias “basadas en hechos reales” que relatan las aventuras y desventuras de jóvenes mujeres que, por una razón u otra, han terminado en la prostitución.

De alguna forma, hay un público numeroso que espera estas historias, tal vez con una “pizca” de curiosidad morbosa o, quizás, con un poco de discurso humanista; sea cual sean las razones por las que éste se siente atraído a estas historias que, muchas veces, se limitan a exponer el drama de jóvenes en una sociedad cada vez más individualista y egoísta, una película nueva que aborde esta temática necesita encontrar un estilo narrativo original para no ser una más del montón.

En este sentido, creemos que la película francesa Mes Chères Études es un aporte al cine gracias a algunas pinceladas que hacen de ella una película relativamente buena; lamentablemente, al final la “prisa” gana al guión y algunos cabos se quedan sueltos. Pero luego volveremos a estos detalles.

¿Qué tiene de especial Mes Chères Études?

Laura
Primero: el personaje.

Laura es una joven universitaria de dieciocho años que decide prostituirse porque no tiene dinero para comer. Ella vive en el interior de Francia y, a pesar de que ya tiene un trabajo, no le alcanza el dinero para lo necesario. Además, comparte el departamento con su enamorado que es un individuo egoísta en extremo; desde el primer momento percibimos que él no la ama, solo espera que su contribución económica. Él se irrita, por ejemplo, porque Laura se ha comida el jamón que era de él y ahora quiere que ella se lo devuelva.

Segundo elemento: la cámara.

Laura antes de su primera cita

El lugar de la cámara juega un papel importante en Mes Chères Études. Prevalecen las escenas de primer plano y es interesante la mezcla de éstas con las tomas generales, además de los montajes con números y letras. Vamos a explicarlo con más detalles: cuando se hablan de los problemas económicos de Laura, la escena es un montaje de números e imágenes que muestran esta situación; cuando Laura está en internet buscando un nuevo trabajo, en primer plano aparece ella y solo escuchamos el click del teclado. La cámara se detiene en su rostro y sentimos las emociones que la dominan mientras leemos los mensajes –que se mezclan en primer plano- que ella está digitando y recibiendo.

Otro ejemplo es el inicio de la película: vemos una serie de imágenes rápidas de una joven mujer que se está limpiando el cuerpo y preparándose para salir. Luego la vemos caminando, desde lejos, por una calle hasta que se encuentra con un hombre mayor que lleva un portafolio negro. Algunos minutos más tarde, esta escena se vuelve a repetir, pero con más detalles que complementan la situación y el espectador consigue entender lo que le sucede a Laura. La cámara se distancia un poco y al salir del baño, le pide un beso a su enamorado (hecho que tendrá más sentido posteriormente); luego la vemos en la calle, caminando hacia el encuentro y, antes de ir donde está el hombre, ella se detiene, se apoya en una pared y después de tomar el valor suficiente para ir, camina y la cámara acompaña sus pasos desde atrás de su cabeza. Sentimos cada paso que ella da.

Los primeros planos son una característica constante

Por último, una de las cuestiones de fondo que planeta Mes Chères Études es el por qué Laura decide prostituirse. Lo hace, en primer lugar, porque no tiene dinero y a pesar de que trabaja, lo que gana no es suficiente para vivir dignamente. Ella tiene tanta hambre que acaba desmayándose en la universidad, en medio de la clase; ahí mismo, en un diálogo rápido con alguien que sospechamos que sea un consejero, descubrimos su situación: no tiene con qué pagar el almuerzo y sus padres no pueden ayudarla económicamente.

Joe y Laura en el primer encuentro

Cuando Laura busca un nuevo trabajo por internet, encuentra una serie de avisos clasificados de hombres que buscan mujeres para encuentros sexuales. Después de algunas dudas, ella entra en contacto con un hombre que dice tener 50 años y que le promete detenerse en el momento en que sea necesario, además de que le informa de que no está interesado necesariamente en sexo. Estos dos últimos detalles juegan un papel importante en la decisión de Laura, que con timidez y decisión acepta iniciarse como prostituta.

Laura contempla el mundo desde la ventana del hotel

El primer encuentro con Joe marca de forma significativa el destino de Laura. Cuando ella entra a la habitación, Joe le da un sobre donde están escritas las instrucciones de lo que ella debe hacer. Desde ese momento, se percibe con claridad que Joe es una persona a la que le gusta “jugar” y dominar la situación. Laura, abre el sobre y obedece lo que se le pide. Ella está muy nerviosa y cuando aparece desnuda en la habitación, ella es tímida y tiene mucho miedo. Cuando Joe le acaricia la cabeza, la cámara se detiene para mostrarnos en primer plano su alianza de casamiento. Laura yace en la cama indefensa y cuando Joe intenta besarla, ella se asusta y escuchamos el susto. No hay fondo musical y el espectador respira la tensión del ambiente. Incluso, la desnudez de Laura no es ni sensual ni erótica. Es dramática. Cuando ha terminado el tiempo estipulado para el encuentro, Laura se va sin haber tenido una relación sexual, pero ambos están satisfechos: él porque ha conseguido lo que ha querido: una “Lolita” a la que tratará de someterla posteriormente y ella, 250 euros. La cámara acompaña los pasos de Laura, primero por atrás y luego al lado de ella: vemos la satisfacción que siente en su rostro. Está feliz. Por primera vez, sonríe y va a comer: gasta el dinero en aquello que ella necesitaba: comer.

Laura parece sentirse con más confianza y segura de sí misma, lo que le motiva a conseguir otro cliente. Cuando está con éste, en un restaurante, trata de saber por qué él la buscó; mas, esa seguridad desaparece cuando están juntos en el carro del cliente y éste empieza a acariciarla. La relación sexual es violenta y hay muchos primeros planos del rostro de Laura para mostrar el sufrimiento y el dolor por el que está pasando. La escena es silenciosa y solo se escuchan los ruidos del acto sexual violento.

¿Por qué se prostituyen las estudiantes?

Este segundo encuentro es el puntapié para el desarrollo profesional de Laura. Por un lado, ella termina su relación con Manú por la insensibilidad de éste y se va a vivir a la casa de una colega. Al mismo tiempo, en un restaurante, donde come y estudia, ella conoce a un muchacho, Benjamin, que muestra por interés por ella; no obstante, Laura no desea tener ninguna relación de pareja. Por otro lado, Laura se saca fotos eróticas para divulgar su imagen y cuando recibe la propuesta del fotógrafo para trabajar en un trío, no acepta porque dice que no desea hacer carrera con la prostitución.

Pero, ¿por qué la prostitución? Laura está curiosa por saber más detalles de la prostitución estudiantil porque ella sabe que hay muchas estudiantes universitarias que trabajan como prostitutas. A través de un “chat”, ella conoce a una prostituta quien le dice que la mayoría de las estudiantes prostitutas lo hacen simplemente porque es una forma de ganar dinero fácil, para comprarse, por ejemplo, bolsas.

¿Qué busca Benjamin en Laura?

Ese momento, Mes Chères Études tiene una escena interesante y ambigua. La cámara, en escenas de primer plano, se transforma en los ojos de Laura, quien camina por la calle observando atentamente a muchas chicas jóvenes y bonitas que caminan por las calles, edificios de oficinas y centros comerciales con bolsos y zapatos elegantes y de marcas caras. La cámara es rápida, hay un fondo musical dinámico y se detiene después en un super primer plano de sus labios. Laura sonríe y aparece frente a la vitrina de una tienda: ella acaba de tomar una decisión.

La ambigüedad de la escena anterior es que no sabemos si las chicas que aparecen son jóvenes estudiantes prostitutas o simplemente lo que Laura desea conseguir.

En este momento de la película se dan tres situaciones en la vida de Laura:

Laura: no soy una puta
La primera es que ella trata de convencerse de que ella no es una prostituta. Ella va en un tren y se repite “no soy una puta”; sin embargo, ella tiene una serie de encuentros con otros clientes: las escenas son rápidas y aparecen con números los valores de las diferentes relaciones.

La segunda situación es que ella vuelve a encontrarse con Joe, con quien se da el mismo ritual de la primera vez: el cuarto del hotel y un sobre con las instrucciones de lo que ella debe hacer: solo que esta vez él demuestra tener una gustos nada convencionales y acaba atando a Laura y violándola con un pene de plástico.

Y la tercera situación es que ella finalmente se enamora de Benjamin con quien empieza a salir; a él le cuenta que ella es una prostituta y en un primer momento parece que a él no le importa; sin embargo, con el pasar de las semanas, él se queda cada ve más celoso y, a pesar de decir que la ama, la insulta y se separan. No obstante, hay que resaltar dos hechos: a pesar de que Laura se prostituye cada vez más, el dinero que gana lo gasta en la vivienda y en la alimentación y por eso, cuando Benjamín la insulta, ella se defiende diciendo que solo se ha comprando una chaqueta para ella con su trabajo; por otro lado, Benjamin tiene treinta años y no estudia ni trabaja. No hace nada.

Después de la pela hay una hermosa escena fotográfica de Laura en la lluvia:

En este momento de la historia, Laura quiere terminar con su trabajo de prostituta. Continúa estudiando y aprobando los exámenes y se entera, a través de una discusión con el fotógrafo que sacó sus fotos, de que en la ciudad todos ya saben que ella es una puta; entonces, Laura decide irse a París, y como necesita dinero para poder marcharse, acaba aceptando un encuentro por mil euros con Joe, quien además de engañarla, porque no le pagó lo que le debe, le prepara para un encuentro misterioso que se lleva a cabo en un club privado, donde ella es poseída violentamente por más de un hombre.

Esta es el momento más fuerte de Mes Chères Études, principalmente cuando vemos a Laura en un baño limpiándose desesperadamente, como quien intenta eliminar todo vestigio de mancha que le hace sentir sucia y mal con ella misma; al mismo tiempo, cuando Laura se va del club y camina, usando solo una gabardina. como si fuera un zombi.

Laura sale del Club al que fue llevada por Joe

Laura finalmente se va a París y es este el momento en que la película pierde la agilidad y profundidad con la que venía trabajando. El guión se precipita y la vemos en París sola, para enseguida verla trabajando en un restaurante porque un hombre le ofreció el trabajo simplemente porque la vio en la calle desesperada. Enseguida regresa a su ciudad para terminar los estudios para después retornar a París. Las situaciones por las que pasa Laura cambian drásticamente y el espectador necesita ir estableciendo sus propias conclusiones para, al final, quedarnos con la duda de si Laura en París continuó trabajando o no como prostituta.

La película es presentada desde el principio como el testimonio a través de una entrevista. Al inicio, aparece una muchacha con una peluca y maquillándose en un escenario con un fondo negro. Al final de la película, aparece la misma escena y vemos a Laura que no responde a la última pregunta pero mira con intensidad a la cámara mientras el locutor hace la conclusión final de la película:

“Les recuerdo que un gran número de estudiantes se prostituyen para seguir sus estudios. Por lo tanto, no es un caso excepcional o aislado. Las cifras reveladas por el sindicato de estudiantes en la primavera del 2006, cuando se inició el movimiento contra la ley de igualdades de oportunidades, tenían como objetivo llamar la atención del gobierno sobre la realidad de los estudiantes. Por otro lado, según las cifras de la organización, más de 45.000 estudiantes viven en extrema pobreza y 225.000 bregan para pagar sus estudios”.

Resumiendo, Mes Chères Études es una película que cuenta la historia real de Laura, una joven que debe luchar consigo misma para tratar de sobrevivir en un mundo que le ofrece todo y, al mismo tiempo, le niega todo.

Es una película que hay que verla con mucha atención y vale resaltar el excelente trabajo de la actriz Déborah François en un papel difícil de realizarlo y que ella lo hace de una forma impecable.

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